Después de muchos años trabajando con profesores, tengo claro que el mejor profesor no es el que más sabe, ni siquiera el que transmite más conocimientos sino el que ayuda a sus estudiantes a conocerse mejor, a ver lo mejor que tienen dentro, a fortalecer sus puntos más débiles, a enseñarles a resolver sus dudas por sí mismos en vez de darles la solución, a sentir curiosidad, a experimentar, a equivocarse, a que se entusiasmen, a que crean en sí mismos, a que crezcan tanto en lo intelectual como en lo emocional, personal y social. Autoestima, confianza, seguridad, empatía, generosidad, humildad son valores que los profesores podemos ayudar a desarrollar entre los estudiantes y sin duda Carmen lo consigue. Lo consigue sin quererlo porque ella es así. Gracias Carmen. Te echaremos de menos.
Los profesores tenemos el privilegio, y la responsabilidad, de poder contagiar a nuestros alumnos nuestras ideas, nuestros valores y nuestra manera de ver el mundo y de hacer las cosas. En tus clases, Carmen, hemos aprendido de ti y contigo; de ti porque nos has enseñado cómo sentirnos un grupo, cómo movernos, cómo expresarnos y cómo meternos, poquito a poco, en este fascinante mundo del teatro; y contigo porque siempre has venido a clase con tu sonrisa, porque siempre has tenido una palabra amable y alentadora para todos y porque, desde el primer día, has querido transmitirnos lo que sabes sin reservas y con toda la naturalidad que te caracteriza. "Si es que hace ná que os conozco y ya os quiero....", ¿te acuerdas de esta frase? Acababas de dejarnos a todos con la boca abierta viéndote hacer de Dorinda y todo tu afán era transmitirnos lo que nos querías tú a nosotros.Te echaremos de menos.
ResponderEliminar