sábado, 19 de febrero de 2011

Comedia del arte...y ¡qué arte!

¿Nos acordamos de todos los personajes?










Una cena de cine....bueno de teatro, mejor dicho.

La iniciativa de Pi de salir a cenar fue un acierto. Nos lo pasamos muy bien y nos sirvió para conocernos un poco mejor y relacionarnos fuera de la clase.  También dar las gracias a Luis y su madre por el magnífico mousse de chocolate que trajo...en sus vasos, con cucharas.... Todo un detalle que, sin duda, nos endulzó la noche. Echamos de menos a los ausentes pero esperamos repetir con todos pronto. Y para que quede constancia de todo esto aquí hay algunas fotos:













sábado, 12 de febrero de 2011

Se nos escapa un poco de oxígeno


Es una pena que Pepa que no siga en el grupo. Cuando me lo dijo el jueves me vino a la cabeza su performance. Esos pocos minutos que duró su actuación nos llenó a todos de oxígeno, de alegría, de vida. Creo poder decir en nombre de todos que la música que eligió tan alegre nos despertó; ese aspecto oriental nos trasladó a otras culturas; esas acrobacias imaginarias nos dieron vértigo y, por supuesto, esos globos llenos de vitalidad nos hicieron sentirnos más optimistas. Por eso, y por todos los ratos tan buenos que hemos pasado con Pepa, le quiero dedicar esta entrada. A Pepa, que empezó, como la mayoría de nosotros, tímida,  pero que en tan poco tiempo nos ha conquistado con su sonrisa y esa forma de ser tan simpática, humana y cercana. Hasta pronto.
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domingo, 6 de febrero de 2011

Se levanta el telón




¿Quién me iba a decir cuando empecé mis clases de teatro en octubre que 4 meses después me subiría a un escenario…con público presente? Antes de nada quiero dar las gracias al grupo de teatro De Sur A Sur, especialmente a Manuel, por invitarme a participar en su obra Palabras En La Arena de Buero Vallejo e inspirada en el pasaje bíblico acerca de la mujer adúltera. 
Ha sido una gran experiencia que me ha servido para poner en práctica lo que he aprendido estos meses pero también para conocer a un gran grupo de personas que su gusto por el teatro les hace salirse de su rutina, de su trabajo, de su familia, de su tiempo libre para juntos llevar a cabo proyectos como este. Gracias a Elena, Almudena, Manuel, José María, Rafael y Julio por su apoyo y por hacerme sentirme como uno más del grupo. Me alegró conocer a Eduardo y ver que se había recuperado tan bien. También doy las gracias a los profesores de Viento Sur por sus clases, sus consejos y su voluntad de que vivamos el teatro. Jorge fue a ver la representación y eso me hizo mucha ilusión.

Esta experiencia me ha servido para repasar  conceptos importantes que hemos comentado en clase. Por poner algunos ejemplos: he intentado meterme en el personaje, intentar sentir las palabras, los diálogos, escuchar a los demás personajes y no decir simplemente las frases en su momento. También los gestos. Me ha resultado muy difícil que el cuerpo marque su propio ritmo. Parecía que no tenía ritmo, estaba inmóvil, esperando una señal. No era un cuerpo conectado a los sentimientos o las palabras sino al cerebro.
Me acordaba del triángulo emociones-voz-cuerpo. Un triángulo complejo, tres piezas que cuesta engranar pero que poco a poco van buscando su sitio para ir formando un todo. Escuchar a los demás, sentir las emociones de los personajes, que el cuerpo se mueva como un reflejo de la voz y de los sentimientos, la mirada, las pausas. El silencio. ¡Qué importancia tiene el silencio en el teatro!...Y en la vida. Creo que podía haber hecho alguna pausa más para dar más vida a mi personaje, más sentimiento. A medida que ensayaba mi papel, poco a poco las manos se iban moviendo acompañando a ciertas frases como respuesta a las emociones que creaban las palabras: “Los esenios no son magos”  hizo que las manos se impulsaran y elevaran al aire intentando transmitir incredulidad, contrariedad, irritación. “Es un falso profeta y hay que matarle” llevó a mi mano derecha a empuñarse con el dedo índice apuntando al suelo moviendóse de arriba abajo para enviar un mensaje de castigo, de sentencia. Me olvidé de las miradas hasta casi antes de la representación. De repente me di cuenta de que tenía que recoger las miradas de los otros personajes y contestarles con los ojos también.  Eliú en un momento de la representación me desafió con la mirada y me dejó fulminado. Fue cuando me miró y me dijo: “…y si el sacerdote accede a decirnos lo que para él puso con el dedo…”. Me congelé. Fue uno de los mejores momentos de la obra para mí. En los ensayos nunca me había mirado así y cuando sentí su mirada clavándose en la mía sentí que era real. No estábamos actuando, me estaba desafiando y provocando. Y para mí fue muy fácil decir mi siguiente línea. Me salió del alma. Gracias Rafael. La última escena donde la tensión va creciendo por momentos hacía que mi cuerpo fuera menos rígido como si la fuerza de gravedad fuera aumentando con las palabras. La voz también se hacía más débil hasta que se rindió con la frase “¿Qué has hecho, Asaf?”. Aunque después de esa frase dije dos más ese fue el final de mi representación. Fue el momento de la verdad. La triste verdad del lado más oscuro del ser humano.

Aquí tenéis fotos de los momentos previos a la representación.