miércoles, 10 de noviembre de 2010

Espejito, espejito...¿a quién ves en mí?


En la clase de hoy hemos una actividad que me ha recordado otra actividad que nos enseñó un profesor. Mejor la hacemos.

Mirad las 3 fotos de arriba y decidid quién:

1. tiene un perro tipo doberman o rottweiler.
2. quién tiene mucho dinero.
3. quién conduce una furgoneta Volkswagen destartalada.
4. quién no tiene trabajo.
5. quién tiene muchos amigos.
6. quién fuma hierba.

Suponemos. ¿Suponemos demasiado?. La actividad de clase consistía en mirarnos en el espejo y ver un personaje. No éramos nostros mismos, éramos otra persona, ¿quién? Luego en parejas, nos mirábamos unos minutos y teníamos que ver un personaje en nuestro compañero. Para mí ha sido parecida a la experiencia de las fotos de arriba porque cuando vemos a alguien enseguida les cargamos de información, suponemos que sabemos qué hacen, dónde viven, qué coche conducen, si son felices….Muchas veces suponemos demasiado y tenemos prejuicios antes de incluso cruzar una palabra con estas personas que no conocemos. Suponer en la vida real puede distraernos mucho. En el teatro puede ser fantástico y ha sido interesante ver qué personajes veíamos en los otros. La verdad es que algunos me han parecido totalmente ciertos y creíbles.

A mí me ha costado más ver un personaje en mí que en Antonio. No sé si a los demás os ha pasado lo mismo. Quizá sea porque me veo tanto que no puedo ver a nadie más en mí que a mí mismo. Por eso me ha parecido tan interesante el ejercicio, por intentar ver más allá del espejo. Cuando he vuelto a casa en el metro no podía evitar ver a una mujer con una vida plena, familia feliz y un marido guapo en la mujer sentada delante de mí o a un maltratador en el hombre de pie o a una chica inocente pero con mucho carácter en la chica de la carpeta… las personas se han transformado en personajes… ¡y el viaje se me ha hecho mucho más corto!

La actividad de la historia y los zapatos me ha parecido muy intensa, creativa, estimulante y divertida. La actividad consistía en salir uno a uno al centro a contar una historia por turnos de forma que íbamos retomando la historia del compañero anterior. Una historia en cadena. Cuando la historia perdía fuerza tirábamos un zapato a la persona contándola y pasaba al compañero siguiente. Como la vida la misma:

Mañana lo voy a poner en práctica pero…mentalmente. ¡A ver cuántos zapatos tiro!

Está claro que la fórmula religión + sexo = despierta interés. Ha sido muy apropiada después de la visita tan reciente del papa aunque la historia ha cogido un tono un poco irreverente pero divertido y liberador.

La última actividad en la que nos teníamos que presentar figurativa, simbólica o abstractamente, también me ha resultado mucho más fructífera de lo que había anticipado. En mi caso, los comentarios han sido muy acertados y eso que ha sido una representación muy corta. Sería interesante ver si los demás también os habéis sentido identificados con los comentarios de los compañeros.

7 comentarios:

  1. Qué juego nos va a dar este blog, Borja. Has tenido una idea fantástica. De la clase de ayer tengo unos recuerdos fantásticos y un precioso moratón en la rodilla izquierda... ¿alguien me ayuda a encontrar al culpable?

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  2. Pues como no sea un zapato volador, no se me ocurre otro origen para el moratón. Yo reconozco que fue el día que más perdido me encontré. No terminé de entrar en el ritmo de la clase. Lo más increíble es que luego por la noche apenas pude dormir. No he pedido dejar de darle vueltas al coco. En fin, prosigue esta montaña rusa de emociones. Ya veremos el jueves qué sorpresa nos depara. Manuel

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  3. Es increíble el impacto que pueden tener estas clases que hasta nos quitan el sueño. Yo me metí más en la historia encadenada con los zapatos, más que en ver un personaje en nosotros mismos. No sé, me costó ver más allá del espejo. Sin embargo, algunos compañeros dio la impresión de que fueron capaces de ver personajes muy claros en ellos mismos y sus parejas. Creo que fue Chari la que vio ¡hasta 3 personajes!

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  4. Esta tarde he estado un ratito en el gimnasio y me ha pasado una cosa muy curiosa que me gustaría compartir con nosotros y que, creo, tiene mucho que ver con la clase de ayer. Cuando estaba cruzando de una sala a otra me ha parado un chico que llevaba en la camiseta una plaquita que lo identificaba como personal del centro y me ha preguntado si, por casualidad, era Verónica. ¿Sabéis qué le he contestado así de repente, como si tal cosa? "Depende" El pobre debe haber pensado que le estaba vacilando o que pretendía ligar con él pero es que de repente se me ha ocurrido que, si ayer fui en un ratito una idealista con mal final por defender lo que piensa, una amiga sarcástica que siempre tiene la última palabra o una comisaria de policía luchando por hacerme un hueco en un mundo de hombres, hoy podía ser Verónica o quien me pidiesen que tenía que ser. Suerte que he reaccionado a tiempo y me he disculpado con la mejor de mis sonrisas diciéndole que no era la persona que estaba buscando. Carmen, la clase de ayer fue fantástica; gracias por tu entusiasmo y por transmitirnos tu pasión por el teatro.

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  5. Qué curioso Manuel, la misma sensación de estar desorientado que tuviste el otro día la he sentido yo en dos sesiones anteriores. Yo lo achaco a que a veces no he conseguido desconectar las preocupaciones del día a día y sigo dándole vueltas en la clase. Las clases que tienen una parte física fuerte al principio son las que creo que me "depuran" más de los malos humos que a veces arrastro. Cambiando de tema; a ver si les planteamos lo de la obrilla de teatro que os comenté ayer (si os parece bien); porque si vamos a montar algo antes de navidad vamos muy justitos. Te aseguro Pi que yo no apuntaba a dar. Borja Tyson, a mí me pasó igual, me costó mucho encontrar un personaje en mí. Cada vez me sorprendo más ¿No os pasa a vosotros?

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  6. Pi, me he reído imaginando tu transformación en Verónica. La verdad es que es divertido eso de ir metiéndote en personajes. Yo creo que es algo que hacemos subconscientemente para sobrevivir: ahora soy el compañero que te escucha, ahora soy el profesor, ahora soy el hermano… pero es muy diferente elegir meterte tú en un personaje conscientemente.
    Antonio, la verdad es que nunca me había visto de boxeador pero ahora le estoy dando vueltas a la cabeza…

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  7. Me encanta tu blog y me anima a seguir con el mío.."El libro de las palabras no dichas". precioso...Te quiero mucho....

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